"Descripción de un cuerpo agredido"
17/10/2024
Por: LOM ediciones
Cuando me dispararon el 18 de octubre de 2019, alrededor de las 20 horas, sentí una humillación ya experimentada. Una vergüenza que ando trayendo. Me hacen callar, me disparan. Mi cuerpo, que es mi territorio, mi nación, por así decirlo, ha merecido ser agredido, ha debido ser castigado para que aprenda a callarme y mostrar respeto. El aparato vocal, doliendo. Las articulaciones que me permiten hablar, reír, cantar, gritar y contar historias están inflamadas y heridas. Lo que me pasó el 18 de octubre me recordó con vehemencia el mandato de que no debo contestar, que «no hay que ser contestadora», como decían las monjas del colegio donde estudié.
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