Urge fortalecer el rol de la cultura y del libro

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Vivimos un cambio histórico. El 18 de octubre abrió una nueva etapa para nuestro país, instalando en la agenda cambios profundos en nuestra sociedad en favor de mayor justicia, participación e igualdad. En el anhelo de una nueva Constitución se expresa la esperanza de cambiar las bases de nuestra institucionalidad, como condición necesaria para posibilitar una vida más digna para todas y todos.

La cultura y el mundo del libro son parte activa de este cambio. Como lo señalaba el informe del PNUD “Nosotros los chilenos: un desafío cultural” del año 2002, “Al desarrollo humano en Chile le urge la cultura... y para apropiarse de las oportunidades de futuro Chile requiere una imagen de sí mismo como comunidad deseada y posible”.


La cultura y el libro juegan un significativo rol transversal en muchos de los desafíos que tenemos como país, tanto a nivel social, político, cultural, como económico. Una ciudadanía con elevada comprensión lectora, con capacidad crítica, abre la posibilidad de una democracia activa, donde los ciudadanos están al centro del desarrollo como sujetos de su propia historia. Un país que fortalece sus expresiones culturales, en toda su diversidad, puede generar las condiciones de participación de sus ciudadanos como actores, creadores y no simples espectadores, más todavía en tiempos de globalización.


En el momento constituyente que vivimos, es hora de que la cultura y el libro estén presentes con toda la fuerza y relevancia que tienen en el devenir del país. Y esto no es un asunto que se pueda reducir al “acceso a la cultura”, no. De lo que se trata es de generar las condiciones para el ejercicio de una efectiva participación cultural, política y social, donde cada una/o sea tratado como una persona potencialmente creadora, un y una pensadora, un y una ciudadana activa.


Como Observatorio del Libro y la Lectura, espacio de reflexión e intercambio de experiencias en torno a la palabra escrita, apelamos al mundo de la cultura, y del libro, en particular, a participar resueltamente en la aprobación de un proceso constituyente y la elaboración de una nueva Constitución para Chile, genuinamente democrática, a través de una convención constituyente. Llamamos también a las comunidades educativas en todos los niveles, especialmente en la educación pública, para que participen en este proceso
de cambio tan necesario. El respeto y fomento de los derechos humanos, sociales, culturales, políticos y económicos de los pueblos que habitan este largo territorio deben estar a la base de este camino, favoreciendo toda la biodiversidad y la diversidad de las expresiones culturales presentes en Chile.


Apelamos también, desde ya, a fortalecer las políticas públicas de la cultura, del libro y la lectura. Nuestro desarrollo cultural no puede quedar al arbitrio de las lógicas de mercado, que concentran y marginan. Es urgente diseñar e implementar participativamente la nueva Política Nacional de la Lectura y el Libro, que dé continuidad y fortalezca la política 2015-2020 que se cierra.


Por un país diverso, justo, fraterno y creativo, la participación activa de todas y todos, en los tiempos que vivimos, es absolutamente necesaria para construir una democracia efectiva.


Consejo del Observatorio del Libro y la Lectura
Faride Zerán
Alejandra Araya
Paulo Slachevsky
María Eugenia Domínguez
Juan Carlos Sáez
Vivian Lavín
Francisca Jiménez
Bernardo Subercaseaux
María Eugenia Góngora
Marisol Vera