Unidad versus el 1%: una reflexión que estimula a la acción

Por Marcel Garcés

El título del libro, Unidad versus el 1%. Rompiendo ilusiones, sembrando libertad, de la destaca líder femenina y ecologista india, Vandana Shiva, que presenta  LOM Ediciones, en su  Colección Ciencias Sociales y Humanas, es sin duda desafiante y hasta alarmante, por su planteamiento humanista, su invocación a una acción ciudadana, colectiva, organizada y consciente.

Es también, por supuesto, una interpelación.

 Su contenido y la imagen del mundo contemporáneo, agobiado por los mecanismos de dominación ideológicos, políticos económicos, culturales y sociales que imponen un poder hegemónico e incluso una forma de ver, o de subordinarse a un orden social nacional e internacional abusivo, expone un tema de urgencia para la agenda contemporánea: la organización económica y política, el tema del carácter, de la propiedad global, y el efecto del mismo sobre la condición humana, la democracia, la justicia, el propio futuro de la humanidad, en definitiva, del Planeta.

 Todo ello desde una óptica que se rebela frente a la violencia impuesta sobre la mayoría, sobre los pobres, que se nutre de principios ecológicos, religiosos, filosóficos, con raíces culturales e históricas en las vertientes del hinduismo, el pensamiento tibetano, y en la sensibilidad poética de un  Rabindranath Tagore, en combinación con la revolucionaria práctica política de la no violencia de Gandhi contra los opresores y explotadores británicos sobre su país.

Es decir, nace, se inspira, se posiciona, lucha y triunfa, desde la resistencia.

Se pronuncia por la libertad y la justicia, asumiendo un legado de lucha social histórica, con una proyección contemporánea.

Los poderes del 1% son abrumadores y brutales. Vantana Shiva lo advierte: “No es solo un número, es un sistema, un sistema económico, conformado por los ricos y poderosos, donde la ambición desenfrenada y la acumulación se ven recompensadas por la sociedad, en lugar de lo que verdaderamente son: aberraciones a las que se deben oponer límites por medio de procesos democráticos y sociales”, y enfatiza, “el auge del 1% personifica una voluntad de excluir, un impulso de exterminar. Sus consecuencias inevitables son el genocidio y el ecocidio”.

Se trata, este libro inspirador, de un esfuerzo editorial conjunto de LOM, por Chile; Taller de Edición Rocca de Colombia; Plural de Bolivia, y Editorial Mate y Econauta Editorial, ambas de Argentina, todas parte de la Alianza Internacional de Editores Independientes.

Pero no es solo un registro, y una incitación al enfrentamiento, del proceso o los mecanismos de dominación económica social sobre el mundo, de la denuncia sobre la injusticia moral que se opone a la Humanidad, entendida esta como una sola integridad, es decir el conjunto de las personas, los animales, la naturaleza, en fin, el destino de la Tierra.

El libro plantea, precisamente, que la arquitectura del poder económico hace tiempo ha traspasado las fronteras de los clanes u oligarquías nacionales, regionales, continentales, o de las conocidas transnacionales, y se ha convertido en un poder global, un gobierno mundial totalitario.

El 1% de los 7 mil millones de personas, es el responsable de que el mundo avance de manera suicida a un precipicio ecológico y social, sostienen los autores.

La edición por LOM de Unidad versus el 1% se produce en una circunstancia histórica que, advierte el texto, de manera sombría pero explícita, es “la época de la posible extinción de nuestra especie”.

Un momento, agregan los autores, donde “el modelo dominante de conocimiento, de creación de riqueza y de democracia representativa, traspasa los límites del planeta, los derechos de las diversas especies que comparten este planeta, así como los derechos humanos y la libertad de la mayoría de la gente”.

Es una época, subrayan “en que el 1% controla la riqueza y el poder y destruye nuestro planeta y nuestra vida común sin responsabilidad ni rendimiento de cuentas por sus acciones, porque han creado una forma de crear ilusiones, con la separación de los humanos de la Tierra y del 1%, frente al resto de la sociedad, como si no compartiésemos una riqueza y un futuro común”.

Pero no se trata solo de una visión catastrofista del futuro, y de un destino inexorable que nos lleva a la extinción:

Vandana Shiva también siembra esperanzas, “libertad”, afirma  en su libro.

Apelando a principios espirituales derivados de su cultura hindú, se hace preguntas: ”¿Qué es vivir, estar vivo? / ¿Qué es vivir bien, estar bien? / ¿Qué es el conocimiento, qué es la inteligencia? / ¿Qué es la ecología, qué es la economía? / ¿Qué es la libertad, qué es la democracia? / ¿Cuál es nuestro futuro?

Y estimula al lector: ”Estamos obligados a regresar a las preguntas básicas de nuestra época, la época de la extinción de nuestra especie.”

“El mercado”, constata, “se ha interpuesto entre nosotros y nuestro bienestar, separándonos de nuestro potencial y nuestras necesidades. El mercado también ha permitido su propia consolidación, acompañado de la consolidación del poder mundial”.

Y los fríos datos completan la definición  de la situación objetiva: ”En 2010, 388 multimillonarios controlaban tanta riqueza como la mitad más pobre de la humanidad; el número se redujo a 177 en 2011; 159 en 2012; 92 en 2013; 80 en 2014, y 62 en 2016. En 2017 se redujo solo a 8 multimillonarios. Para 2020, parece que solo habrá uno”, apuntan.

La teoría y la práctica de esta acumulación de riqueza en manos cada vez más escasas y más codiciosas, constituye lo que caracterizan como “el despliegue de la máquina del dinero”, que está pensada, señalan, “para arrasar, destruir, agregar y acumular, externalizar y excavar. Como una célula cancerígena que no sabe cuándo parar de crecer. Las convergencias, fusiones y la concentración son la única lógica que comprende la máquina del dinero”.

“Y de la misma forma en que la célula cancerígena destruye el organismo anfitrión, la máquina del dinero también destruirá el planeta y nuestras sociedades de las que saca su sustento”, advierten.

¿Se trata acaso de la confirmación, en dimensiones imposibles de imaginar en detalle, del futuro de la concentración de la riqueza que preveía Marx para el futuro del capitalismo, como culminación histórica e irremediable, en sus fases progresivas del colonialismo, transnacionales, el imperialismo y el neocolonialismo, y de los mecanismos que han llevado a la humanidad a este escenario  complejo de guerras mundiales, a la descarada intervención militar y económica, que ha divido el mundo en zonas de influencia y de reparto de mercado, de riquezas y de personas?

Y aquí se plantea entonces un dilema para la Humanidad.

La autora, filósofa, ecologista feminista, opositora decidida a Monsanto, no elude su rol de agitadora, de militante de una nueva utopía, de objetivos y sueños para una nueva revolución, con nuevos programas, nuevas consignas y significaciones,  nuevos protagonistas, que asoman en las páginas, capítulos, conclusiones  y desafíos organizacionales, programáticos del libro, en busca de nuevas fuerzas  que asuman un rol protagónico en los desafíos presentes y futuros.

El libro es una propuesta abierta, donde se presenta una experiencia histórica, una lectura de la sociedad del siglo 21 y sus desafíos sociales, económicos, políticos y culturales, lo que se sintetiza en una concepción y manera de ver y de ser en el mundo, y un rol dirigente asignado a los ciudadanos, a las mujeres campesinas como cuidadoras y portadores del destino de las semillas, a los jóvenes, a las personas anónimas pero valientes, de campos ignotos y diversas latitudes, que se confrontan a los poderes y sus intereses económicos, tradicionales y oligárquicos.

Pero al mismo tiempo, la autora aporta su pensamiento hindú, mundo al que pertenece, (por lo que no es casual la referencia a su Santidad el Karmapa Ogyen Trimley Dorjem, el líder de la Escuela Karma Ogygu,(tercera autoridad del budismo tibetano), quien postula el “valor compasivo” en la actuación de sus fieles, por lo que no es anecdótica la dialéctica de sus elaboraciones espirituales, la complejidad de sus reflexiones y propuestas, nutrida por la densidad del acervo cultural que alimenta su forma de ver, vivir y respetar el mundo.

Vandana tiene una visión profunda, amplia, histórica y compleja, aportando además fundamentos del escenario contemporáneo de las fuerzas y liderazgos que ocupan los primeros lugares del escenario del fenómeno que analiza.

“Muchos intelectuales se preguntan cómo nos metimos en este lío”, y explica: “Ni el neoliberalismo ni la globalización corporativa son nuevos. Comenzaron hace cinco siglos en la época de Colón, que salió para la India pero alcanzó las Américas. Su viaje de saqueo comenzó con el “Descubrimiento de América”.

Las consecuencias ya las conocemos.

Vandana nos lo recuerda en nuestro siglo 21, con el proceso de la globalización, de la expansión  implacable  de la fase imperial del neoliberalismo implantado globalmente, a escala militar, económica y política.

El libro devela la imbricación de la industria química y biotecnológica  que lleva a la constitución de una potencia química, militar global, una versión del concepto del “Complejo Militar Industrial”, al cual se suman los medios de comunicación y los gigantes de las redes de la tecnología digital, donde destacan sombríamente los nombres de Bayer, Monsanto, Basf, Hoechst, IG Farben, Union Carbide, Dupont, Dow Chemical Company, Sybgebta, a los que caracteriza como “el cartel tóxico de la guerra, de la muerte”, con un criminal prontuario apoyando a Hitler, a los invasores de Vietnam, envenenando el medioambiente, destruyendo los bosques y las tierras agrícolas, sembrando muerte, hambre, miseria.

Pero encontramos otros nombres en esta disección del “1%”: Bill Gates y Mark Zuckerber.

Se trata entonces de un libro claramente atingente.

Es una obra oportuna para nuestros lectores, cuando hacen crisis, o no dan  respuestas oportunas las verdades reveladas desde las categorías de los dogmas, que sin duda enriquecerá su conocimiento y sus perspectivas.

El libro que presenta LOM a sus lectores apunta a una  problemática que inquieta a nuestras sociedades, sometidas a los desafíos de encontrar respuestas en un escenario tan complejo, y donde otros proyectos ideológicos excluyentes no han acertado en sus pronósticos y han conducido a la frustración de tantas esperanzas e ilusiones.

Y donde emergen nuevos protagonistas sociales que desafían a los poderes políticos, económicos y represivos, con una determinación nacida de sus carencias y demandas.

Como lo dicen Vandana y su coautor, Kartikey Shiva, en Unidad versus el 1%, “debemos apelar a nuestra inteligencia y creatividad para resistirnos a la máquina del dinero y crear alternativas no violentas. Debemos recuperar el mercado de la máquina del dinero y nuestras vidas de los dictadores multimillonarios.

“Debemos  recuperar nuestros auténticos derechos y no dejarnos seducir por las libertades del “comercio libre”, el dictado corporativo, el consumismo y la democracia regida por el algoritmo”, agregan.

Ello porque “no es inevitable caer del precipicio a la extinción”, enfatizan los autores, con ese “optimismo histórico” que inspira a quienes buscan nuevos horizontes, y hasta quizás un “futuro luminoso”, con nuevos contenidos y nuevos protagonistas

¿Por qué no?

Es una obra oportuna, además, para nuestro momento y que no oculta su contenido e intención movilizadora, cuando hacen crisis tantas verdades esquematizadas.

En estos tiempos coyunturales, de incertidumbres, de búsqueda de respuestas, este libro puede aportar a la reflexión. Y quizás, también, a la amplitud del pensamiento y el conocimiento, además del compromiso y la acción.

Vandana Shiva propone un camino de lucha no violenta, pero no de subordinación, un proceso de unir voluntades, sueños, determinación para enfrentar a quienes están atentando contra la vida en la Tierra y de la Tierra.

“O sea”, enfatizan, ”plantar el futuro. Cuando la posible extinción nos mira a la cara, plantar la libertad, cuando todas las libertades de todos los seres están siendo cerradas por la libertad sin límites del 1% para explotar la Tierra y a la gente, para manipular la vida y nuestras mentes, requiere de un salto cuántico en nuestra imaginación, nuestra inteligencia, nuestra capacidad de compasión y amor, así como nuestro valor para la resistencia creativa no violenta y la no cooperación con un sistema que nos lleva a la extinción”.

“Nuestra única opción es curar la Tierra, y al hacerlo, curar y recuperar nuestra humanidad, creando esperanza para nuestro único futuro, como una humanidad en un planeta”.

Un gran desafío sin duda y al cual se puede aportar desde nuestras tareas presentes, demandas, posiciones y sueños.

(fin)