Neoliberalismo, anestesia y sufrimiento: otras vidas son posibles

Desde el estallido de octubre, los autores de LOM ediciones han querido compartir algunas de sus ideas y reflexiones sobre las transformaciones que estamos viviendo. En esta oportunidad, Claudia Zapata y María Emilia Tijoux se refieren al modelo neoliberal y sus consecuencias sobre nuestras vidas, y cómo distintas acciones colectivas (las evasiones en el Metro o los desplomes de estatuas) conllevan una inmensa potencia política.

 

“El neoliberalismo está sustentado en el sufrimiento generalizado de la ciudadanía”, dice Claudia Zapata (académica adscrita al Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos de la Universidad de Chile). Se refiere a la cadena de abusos —con sus eslabones de colusión empresarial, evasiones tributarias, perdonazos, créditos de usura, secuestro de fondos de pensiones, por mencionar algunos— que ha oprimido a la mayoría de los habitantes de Chile. Durante muchos años, las ganancias exorbitantes han sido repartidas por muy pocos, y muchos más han tenido que padecer trabajos precarios y alienantes, salarios miserables y las deudas que una vida de costos crecientes acarrea (alentada, en parte, por la publicidad ubicua y el consumismo).

En el imaginario de María Emilia Tijoux (académica de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile), el sufrimiento pudo ser provocado por una “inyección terrible, racional, ordenada”, que nos hacía difícil ver y practicar vidas distintas a las creadas por el neoliberalismo. Por la anestesia consentimos los abusos. Las evasiones de los estudiantes en el Metro, que señalan el inicio del estallido de octubre y el fin de la anestesia, han manifestado un rechazo al orden de los abusos (el alza en la tarifa del Metro es una expresión de dicho orden) y su tejido autoritario (el panel de expertos que decretó el alza es una de las muchas fibras que componen tal tejido).

El estallido de octubre contiene una potencia política que, en palabras de Claudia Zapata, “ha logrado perturbar el guión nacional autoritario”. En este sentido, el movimiento lee la construcción de la desigualdad en Chile en clave temporal: no son 30 pesos, son 30 años, 500 inclusive. Además de las evasiones, la caída de estatuas ha sido una expresión clara del rechazo a ese guión autoritario y a las imágenes que “recuerdan una construcción nacional excluyente y sustentada en la violencia”, explica Zapata. Cuando las estatuas se desploman también despertamos de la anestesia. Y los efectos del despertar han sido de tal magnitud, que han llegado a desencadenar un proceso constituyente autoconvocado por el pueblo y en pleno desarrollo. 

Te invitamos a escuchar las reflexiones de Claudia Zapata y María Emilia Tijoux:

[https://www.youtube.com/watch?v=QVZTShPeuD4]

Claudia Zapata: “Ya estamos en un proceso constituyente, en la medida en que nos estamos autoconvocando. Los cabildos ciudadanos están escribiendo, están pensando”.

[https://www.youtube.com/watch?v=86pLnnhdgDo]

María Emilia Tijoux: “Esos jóvenes hermosos nos hicieron descubrir que podíamos quitarnos la anestesia y ver realmente el maltrato del sistema capitalista neoliberal chileno”.

 

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Palabras clave:

neoliberalismo, estallido de octubre, proceso constituyente, estudiantes, estatuas, mapuche, autoritarismo