Invitación urgente
Iniciativa popular de Norma
PROTECCIÓN Y PROMOCIÓN DE LA DIVERSIDAD DE NUESTRAS EXPRESIONES CULTURALES
Junto al Observatorio del Libro y la Lectura (Universidad de Chile / Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones; Asociación de Editores de Chile y Cámara Chilena del Libro), de la Coalición Chilena para la Diversidad Cultural y de la Asociación de Editores de Chile, apoya y difunde Iniciativa popular de Norma PROTECCIÓN Y PROMOCIÓN DE LA DIVERSIDAD DE NUESTRAS EXPRESIONES CULTURALES
PROBLEMA A SOLUCIONAR:
Como señala el poeta mapuche Elicura Chihuailaf, en Recado confidencial a los chilenos:
“El mundo es como un jardín -oí un día decir, cada cultura es una delicada flor que hay que cuidar para que no se marchite, para que no desaparezca. A veces pueden parecernos semejantes, pero cada una tiene su aroma, su textura, su tonalidad particular. Y aunque las flores azules sean nuestras predilectas, ¿qué sería de un jardín solo con flores azules? Es la diversidad la que otorga el alegre colorido a un jardín. Al mundo lo encantan todas las culturas o no lo reencanta ninguna, me digo entonces”.
1. La imagen de Elicura Chihuailaf claramente refleja la amenaza que vive el campo cultural en tiempos de globalización, donde las lógicas de mercado han llevado no solo al dominio de un tipo de producción cultural, sino también a la exclusión de lo otro, de lo diferente. ¿Libertad? ¿Diversidad? ¿Pluralidad? ¿Democracia? Claramente esos valores no los da el mercado en cultura: ni en el cine, ni con el libro, ni la música. Menos aún en las artes escénicas, la plástica y otras expresiones creativas.
Por eso mismo fue tan abrumador en Unesco el año 2005 el apoyo para la elaboración, aprobación y posterior ratificación de la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, ratificada por Chile el año 2007. Esta reconoce “la índole específica de los bienes y servicios culturales, los derechos soberanos de los Estados a conservar, adoptar y aplicar las políticas y medidas que estimen necesarias para proteger y promover la diversidad de las expresiones culturales en sus respectivos territorios”, la importancia de un intercambio cultural diverso, y que el derecho de los Estados a regular soberanamente en materia cultural como en el ámbito del medio ambiente no pueda quedar truncado en las negociaciones internacionales de libre comercio.
Como ocurre con el medio ambiente: ¿será necesario que siga acelerándose la desaparición de lenguas y culturas para que reaccionemos? ¿Que se siga incrementando la brecha entre una cultura de masas homogeneizadora y toda la diversidad de las expresiones culturales? Jeremy Rifkin en La era del acceso, releva la importancia del tema: “solo transformando la cultura local en una fuerza política consciente y coherente, seremos capaces de restablecer su crucial función en nuestras sociedades”, y agrega: “si no se refrenan las fuerzas comerciales devoraran la esfera cultural, transformándola en fragmentos mercantilizados de entretenimiento comercial… Perder el acceso a la rica diversidad cultural de miles de años de experiencias de vida sería tan devastador para nuestra supervivencia y desarrollo futuro, como la pérdida de lo que queda de nuestra diversidad biológica. Restaurar el equilibrio ecológico entre cultura y comercio es uno de los retos centrales de esta nueva era”.
En tal sentido, es fundamental ampliar el abanico de políticas culturales con medidas más proactivas que no se limiten a subsidios y fondos concursables; recuperar la valoración social de las expresiones culturales locales en nuestras sociedades, trabajar para construir un marco sustentable para nuestra artesanía, nuestra música, el mundo del libro, el teatro, la danza, el audiovisual, las artes plásticas, etc.; potenciar que toda persona pueda “tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad”, favoreciendo una concepción mucho más activa en relación a la cultura, como ciudadanas y ciudadanos culturales. Para ello, es fundamental consagrar constitucionalmente la relevancia de la Diversidad Cultural para el desarrollo de una vida integralmente digna; en ello, el rol del Estado en la protección y promoción de la diversidad de expresiones culturales es central.
2. Tal como se señala en el texto introductorio de la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales, “la diversidad cultural es una característica esencial de la humanidad… constituye un patrimonio común de la humanidad que debe valorarse y preservarse en provecho de todos”.
Esta “crea un mundo rico y variado que acrecienta la gama de posibilidades y nutre las capacidades y los valores humanos, y constituye, por lo tanto, uno de los principales motores del desarrollo sostenible de las comunidades, los pueblos y las naciones” … y es fundamental “para la plena realización de los derechos humanos y libertades fundamentales proclamados en la Declaración Universal de Derechos Humanos y otros instrumentos universalmente reconocidos”.
"Considerando que la cultura adquiere formas diversas a través del tiempo y el espacio, y que esta diversidad se manifiesta en la originalidad y la pluralidad de las identidades y en las expresiones culturales de los pueblos y sociedades que forman la humanidad”, y
“Reconociendo la importancia de los conocimientos tradicionales como fuente de riqueza inmaterial y materia; en particular los sistemas de conocimiento de los pueblos autóctonos y su contribución positiva al desarrollo sostenible, así como la necesidad de garantizar su protección y promoción de manera adecuada”,
“Reconociendo la necesidad de adoptar medidas para proteger la diversidad de las expresiones culturales y sus contenidos, especialmente en situaciones en las que las expresiones culturales pueden correr peligro de extinción o de grave menoscabo”,
“Teniendo en cuenta la importancia de la vitalidad de las culturas para todos, especialmente en el caso de las personas pertenecientes a minorías y de los pueblos autóctonos, tal y como se manifiesta en su libertad de crear, difundir y distribuir sus expresiones culturales tradicionales, así como su derecho a tener acceso a ellas a fin de aprovecharlas para su propio desarrollo”, y
“Observando que los procesos de mundialización, facilitados por la evolución rápida de las tecnologías de la información y la comunicación, pese a que crean condiciones inéditas para que se intensifique la interacción entre las culturas, constituyen también un desafío para la diversidad cultural, especialmente en lo que respecta a los riesgos de desequilibrios entre países ricos y países pobres”.
Se propone, en tal sentido, incorporar al texto constitucional la protección y promoción de nuestra diversidad de expresiones culturales, como el derecho soberano a conservar, adoptar y aplicar las políticas y medidas que se estimen necesarias para dar cumplimiento a tal objetivo. También favorecer un entorno que incite a las personas y a los grupos a desarrollar y fortalecer nuestras expresiones culturales.
3. Como también lo expresa la Observación General Nº21, “La diversidad cultural y el derecho a participar en la vida cultural” del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en su 43º período de sesiones del año 2009: “La protección de la diversidad cultural es un imperativo ético inseparable del respeto de la dignidad humana. Entraña un compromiso con los derechos humanos y las libertades fundamentales y requiere la plena realización de los derechos culturales, incluido el de participar en la vida cultural”.
Asimismo, “los Estados partes, … deben adoptar medidas para proteger y promover la diversidad de las manifestaciones culturales y permitir que todas las culturas se expresen y se den a conocer”. Por lo cual nos parece relevante consagrar tanto la diversidad cultural como la participación en la vida cultural en la Constitución.
4. Por último, la cultura, en su sentido amplio, como en su sentido referido a las expresiones culturales propiamente tales, es básica para avanzar hacia una sociedad más justa, fraterna e igualitaria. Requerimos un profundo cambio cultural en la forma de hacer política, en la manera de relacionarnos con la naturaleza y con el prójimo, liberándonos de la cultura de la competencia, de la dominación, de la cultura de la explotación de unos sobre otros, de la cultura patriarcal.
Los desafíos de la cultura son transversales a muchos de los desafíos que enfrentamos como país y es fundamental integrarlos en un lugar central de nuestra vida política y social. Para un mejor vivir, un vivir con los otros y no contra los otros, con la naturaleza y no sobre la naturaleza, se requiere de manera urgente un profundo cambio cultural. Necesitamos tomar mayor conciencia de un “nosotrxs”, y para ello debemos poner en un lugar central la cultura, así como la diversidad de nuestras expresiones culturales, en toda su amplitud de sentidos como en sus expresiones concretas. Y ello debe quedar reflejado en la nueva Constitución, siendo una condición necesaria para asegurar los pasos siguientes.
Para fortalecer y proteger nuestra música, nuestra artesanía, nuestro ecosistema del libro, teatro, danza, audiovisual, artes plásticas,… apoya y difunde Iniciativa popular de Norma PROTECCIÓN Y PROMOCIÓN DE LA DIVERSIDAD DE NUESTRAS EXPRESIONES CULTURALES.
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