Ganadorxs del concurso de microrrelatos: La Historia es nuestra, la contamos nosotrxs
Queremos agradecer a todxs lxs que participaron en esta iniciativa de LOM para compartir, a través de relatos, las vivencias, memorias y esperanzas a un año del Estallido Social, cuando Chile despertó para volverse a dormir nunca más.
Estamos muy felices porque recibimos muchos y muy buenos relatos, los cuales los iremos compartiendo semanalmente a través de la web.
A continuación compartimos los relatos de los ganadores, ¡Muchas felicidades!
Primer premio
"Metamorfosis" por Héctor Ignacio Cárcamo Bonilla
Cuando avisaron que nos íbamos temprano, sentí un alivio tan grande, oiga. Nunca me han gustado las protestas, y la verdad, es que los pacos me dan miedo. Yo sólo pensaba en llegar a mi casa con mis hijos, porque afuera estaba la cagá.
En el Metro vi un montón de escolares que le gritaba a los pacos, quienes les respondían con lumasos. Pensé que nos meterían a todos presos. De pronto una cabrita de la edad de mi hija se acerca y me dice “señora, pase, rápido, hoy día nosotros aguantamos los palos para que usted pueda comprar el pan”. Ahí se me apretó el corazón, oiga, porque del puro miedo no me había fijado que el torniquete marcaba rojo.
Cuando llegué a mi casa, prendí la tele al tiro. Por las noticias mostraban cómo le pegaban a los estudiantes y me empezó a dar rabia. En eso leo en Facebook que habían matado a un niño en Maipú y no me aguanté. Agarré una paila y un cucharón y salí nomás. Afuera estaba oscuro y yo tenía tanto miedo, oiga. Pero no me importó, porque la demanda era justa y ellos no podían luchar solos.
Segundo premio
"Por pollo:……" de Carlos Enrique Acevedo Pérez
“…por pollo me pasó, primera vez en mi vida que salgo a manifestarme, primera vez, choreado, como todos y lo vi, juro que lo vi apuntándome, pero nunca pensé que iba a disparar el paco concha de su madre, y acá estoy po´h, con un ojo menos, pero ¿sabe qué?, ahora veo mucho mejor toda esta weá.”
Tercer premio
"Con el Chicho en medio de la plaza" de Andreas Pinar
Alguien saltó el torniquete primero. Alguien gritó la consigna primero. Lo vi por televisión. Ahí estábamos con mi abuelo frente a la tele, él y yo, expectantes, nerviosos, conmovidos. ¿Qué sería esto? ¿Acaso otro impulso digno y suicida de los justos o una rebelión indudable, de barricadas combativas, de un pueblo dispuesto a vencer en las calles y poner fin a la pesadilla pantanal de los estatutos del dictador? Es octubre 18, y la tarde y la noche se prolongan como los cigarrillos, apagados y vueltos a encender. Los días siguientes ratificaron la querella decidida de corazones que despertaron de aquel sueño mentiroso inducido por treinta años de infamia. Y recordamos. Recordamos a los que un día estuvieron ¿Dónde están? Ha pasado un año. Es octubre otra vez. Aquí estamos nuevamente, con mi abuelo, en medio de la plaza y lloramos por nuestra estirpe obrera y humillada. Por la bisabuela que quedó huérfana en Santa María de Iquique, por el bisabuelo preso en San Gregorio, por el tío baleado en Plaza Bulnes. De pronto un joven con su hija en hombros enarbolan un afiche con el rostro de Allende. Entonces lloramos al ver al Chicho. Lloramos lágrimas de esperanzas.