Escritos bárbaros Ensayos sobre razón imperial y mundo árabe contemporáneo

A pesar de que se lo presenta como una disputa entre dos bandos iguales, la historia del conflicto palestino-israelí es inentendible sin dar cuenta del hecho fundacional del conflicto: la ocupación y la expulsión del pueblo palestino y las largas décadas de segregación y opresión sionistas que le siguieron hasta hoy.

Para reflexionar sobre un este tema, que hoy duele e indigna la mundo, compartimos dos capítulos del libro ESCRITOS BÁRBAROS. ENSAYOS SOBRE RAZÓN IMPERIAL Y MUNDO ÁRABE CONTEMPORÁNEO de Rodrigo Karmy Bolton

Durante el mes de enero del año 2002 Mahmud Darwish escribe su poema titulado Estado de sitio67, un poema dedicado a la experiencia palestina. Una experiencia a la que se ha negado toda existencia. Una experiencia a la que se ha acallado entre «equilibrios» sospechosos y «moderaciones» siempre ficticias, para las que el nombre de «Palestina» no hace más que incomodar. Palestina es el nombre de una inquietud de un rostro a través del cual el presente adquiere inteligibilidad.

Ya sea la limpieza étnica del año 1948, la ocupación de 1967 o el apartheid del 2003, Palestina ha estado sitiada: expulsada bajo la sombra de la nakba («catástrofe» en árabe), Palestina permanece. Posiblemente no haya territorios, ni banderas, ni campos de cultivos, tampoco olivos, pero de algún modo u otro, en el tejido secreto de una historia, Palestina permanece.

Como el campesino de Kafka, Palestina se pudre ante una ley que opera como facticidad soberana. Palestina sitiada por aire, mar y tierra, sólo parece esperar la muerte. Toda experiencia parece haber quedado en el olvido. Sin embargo, Estado de sitio no es la carta de defunción de Palestina. Nadie se ha rendido, nadie ha olvidado a sus muertos.

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