Voces de Efraín Barquero

Efraín Barquero fotografiado por Marie Laure de Decker

Efraín Barquero nació el 3 de mayo de 1931 en la localidad de Piedra Blanca, cerca de Teno. Escritor, profesor y poeta de la llamada generación del 50 (junto a Lihn, Uribe, Teillier, Arteche, Hernández, Alberto Rubio, entre otros). “Nací en un medio donde no había ningún libro, en un mundo elemental, positivo, de trabajo absoluto, de la mañana a la noche escuchaba el ruido de las herramientas, por eso tengo un respeto muy grande por el trabajo”. Su infancia campesina junto a su familia está bellamente descrita en el poema La miel heredada: “Mi abuelo era el invierno con las manos floridas / Era el propio río que poblaba las tierras / Era la propia tierra que moría y renacía”.

Él mismo se consideró un poeta oscuro, quizás incómodo, silencioso y algo tímido. Cantó la tierra, cantó una naturaleza catastrófica, pero por sobre todo cantó al hombre de forma reveladora, tanto en el campo como en la ciudad. En 1954 publicó el libro La piedra del pueblo, “poeta de clase, popular, campestre y campesino, pone su devoción en los oficios, en las luchas, en los desamparos del pueblo con la naturalidad y el orgullo de su origen”, escribió Pablo Neruda sobre un joven Efraín.

Fue agregado cultural de Allende en Colombia, exiliado en México, Cuba y Francia, donde regresó a radicarse en 1999, decepcionado de Chile. El año 2008 recibió el Premio Nacional de Literatura. Algunas sus obras destacadas son La compañera (1956), El pan del hombre (1960), El viento de los reinos (1967), Arte de vida (1970), El poema negro de Chile (1974) y El viejo y el niño (1992). LOM ediciones tuvo la oportunidad de editar algunas de las últimas obras de Efraín Barquero, incluyendo una antología.

El poeta falleció el 29 de junio en Santiago. Lo despedimos escuchando su voz, en una conversación con Jaime Quezada; algunos extractos acerca de sus inicios inventando crónicas de fútbol, sus impresiones acerca del trabajo de la tierra, el invierno y el misterio de la semilla, su trabajo poético y, finalmente, dos poemas: La luz del hombre y El fuego humano.

 


La conversación completa se encuentra en el Archivo de la Palabra de la Biblioteca Nacional.