¡Aborto legal para no morir!


Hoy el Parlamento tiene el desafío histórico de aprobar la despenalización del aborto hasta las 14 semanas. Este día fue declarado el día de la acción global por el aborto legal.

Por ello nos proponemos reflexionar hoy sobre: ¿Podría en Chile llegarse a ese consenso alguna vez?

Al decir de Aníbal Faúndez, autor del libro El drama del aborto:

"En la medida de que Chile es un país de personas cultas y se profundice la recuperación de la democracia, seguramente es un país donde se puede esperar un mínimo nivel de “consenso entrecruzado” referente al aborto. Infelizmente todavía no se ha recuperado la democracia plena y hay un excesivo control económico y de grupos de lo que se puede publicar o no en la gran media. Si la difusión de determinadas formas de ver el mundo y la sociedad tienen amplio espacio y se niega ese espacio a otras formas de pensamiento, es obvio que será imposible llegar a ningún tipo de consenso.

Hablar de aborto en Chile es como hablar del diablo, de algo perverso. Es evidente que sin hablar del problema nada irá a cambiar, el aborto va a continuar frecuente e inseguro y no habrá posibilidad de consenso. En ese sentido expongo 7 puntos de consenso que tienen mayor aplicación al caso chileno:

  1. En el mundo de nuestros días hay demasiados abortos evitables, que podrían prevenirse casi por completo. En consecuencia, las sociedades deben promover políticas e implantar medidas que han demostrado ser eficaces para alcanzar esos objetivos.
  2. El respeto por las personas, incluyendo el reconocimiento y el respeto de la diversidad entre los individuos, es un principio ético fundamental. Por lo tanto, las sociedades que propicien un consenso práctico sobre el aborto deben tomar en cuenta diferentes sistemas de valores, incluyendo distintas perspectivas religiosas, en el entendido que ninguna religión debería imponer sus valores a quienes no la profesan.
  3. Las mujeres son seres humanos con los mismos derechos que los hombres, entre ellos el derecho a decidir de manera libre y responsable acerca de su sexualidad. Por consiguiente, las sociedades deben promover una mayor equidad de género en todas las esferas de la vida, de modo que ningún hombre pueda imponer a una mujer cuándo, con quién y en qué condiciones desarrollar su vida sexual.
  4. Una educación amplia e imparcial en materia de salud reproductiva y sexual no conduce a una actividad sexual indiscriminada; sino que fomenta un comportamiento más responsable y reduce los embarazos no deseados y los abortos inducidos. Las sociedades, por ende, deben implementar programas educativos basados en modelos de eficacia probada para la promoción de un comportamiento sexual responsable y el respeto entre los géneros.
  5. El acceso fácil a métodos anticonceptivos seguros y eficaces no promueve la promiscuidad y es una de las maneras más eficientes de disminuir los abortos. Por consiguiente, las sociedades deben eliminar todas las barreras al acceso a los métodos anticonceptivos eficaces para todas las personas sexualmente activas que los soliciten.
  6. No pocas veces, las mujeres abortan porque carecen de apoyo familiar y social. Las sociedades, por lo tanto, deben tomar las medidas necesarias para brindar respaldo a las mujeres embarazadas que quieren llevar un embarazo a término
  7. La penalización de las mujeres que abortan no reduce el número de esas intervenciones y provocan más muertes y un mayor sufrimiento humano al facilitar la existencia de un mercado clandestino de abortos inseguros. En virtud de ello, las sociedades deben revisar las leyes sobre aborto y legislar para prevenir los embarazos no deseados.