10 libros para pensar el trabajo
Para conmemorar un nuevo aniversario del día de lxs trabajadores, les sugerimos algunas lecturas de nuestras colecciones de Ciencias Sociales y Humanas, Historia, Memorias y Libros del Ciudadano. El trabajo en Chile hoy se encuentra en crisis debido a los efectos de la pandemia y las políticas de desprotección y subsidio impulsadas por el gobierno del empresariado. Las tensiones y luchas en el mundo laboral no son novedad en nuestra historia. Esta pequeña selección de libros así lo indica.
Malestar en el trabajo. Desarrollo e intervención (Horacio Foladori y Patricia Guerrero, editores)
Este libro reúne diversos análisis sobre la compleja relación entre trabajo y subjetividad, poniendo el énfasis en el sufrimiento que cierta estructura institucional del trabajo produce en todo trabajador. La tesis central, que de un modo u otro sostienen los distintos autores, afirma que las normativas que imperan en el mundo del trabajo son efecto de una manera de organización social particular, institucional, que mina directamente la salud mental de las personas, rescatando también que el trabajo es asimismo un poderoso factor de producción de salud, dependiendo de las circunstancias.
En vista de lo anterior, diversos autores proponen formas de intervención institucional, grupal y hasta individual que toman en cuenta dicho sufrimiento con la intención de revertir los factores enfermantes en aras de la promoción de la salud mental laboral. Tomando distancia de la clásica capacitación, se trata de interrogar la subjetividad y sobre todo la intersubjetividad para descubrir, por medio de procesos de esclarecimiento, las variables grupales e individuales que tienen valor patógeno.
Trabajos y familias en el neoliberalismo. Hombres y mujeres en faenas de la uva, el salmón y el cobre (Ximena Valdés, Loreto Rebolledo, Jorge Pavez, Gerardo Hernández)
A partir de investigaciones de terreno realizadas en el norte y en el sur de Chile entre 2009 y 2012, los autores de este libro muestran cómo el trabajo coloniza la vida familiar de los hombres y mujeres que se desempeñan en los rubros de la uva, el salmón y el cobre. Las migraciones, largas jornadas y sistemas de turnos los obligan a alternar residencia y trabajo, pues deben laborar de noche, pasar días o semanas lejos de sus casas o realizar jornadas que pueden superar las veinte horas. Esto desestructura la relación que existe entre el tiempo de la vida privada y el tiempo de la vida laboral, modificando, además, las configuraciones familiares. Gracias a la utilización de distintas variables -como feminización, tipos de turnos, migración, rango salarial y acceso al consumo-, los autores consiguen caracterizar la inserción laboral de los tres sectores que concentran a la quinta parte de los asalariados del país, haciendo un aporte fundamental para comprender el mundo del trabajo contemporáneo.
Clase media, Estado y sacrificio. La Agrupación Nacional de Empleados Fiscales. 1943-1983 (Azún Candina)
Mediante una acuciosa investigación y no poca originalidad, el libro presenta el retrato de una de las organizaciones más importantes de la historia sindical y gremial chilena (la ANEF, Asociación Nacional de Empleados Fiscales), escasamente abordada por los estudios históricos y sociales, desde su fundación en 1943 hasta principios de los 80, época en que combatió abiertamente las profundas transformaciones que la Dictadura le imponía al Estado. Si Clotario Blest fue su apóstol y Tucapel Jiménez su mártir -como propone la autora-, la ANEF no solo ha participado en la construcción de la historia reciente de Chile mediante sus acciones, sino también, y quizás fundamentalmente, mediante la elaboración de un discurso moral que pretende ser válido para la sociedad en su conjunto. En este sentido, la noción de sacrificio ilumina -y, por cierto, provoca- la misión que la misma ANEF se ha asignado: conseguir que tanto sus funcionarios como el resto de los trabajadores participen de esa vida "digna y decorosa" que solo la clase media puede ofrecer.
Antihistoria de un luchador. Clotario Blest 1823-1990 (Mónica Echeverría)
Clotario Blest fue vehemente, altivo y violento. Sin auspiciar la lucha armada, comprendió que la pasividad es un signo de la derrota: “Quienes niegan al pueblo el derecho a defenderse violentamente de la violencia patronal o estatal cuando reclama pan y justicia, debieran leer aquel pasaje del Evangelio de San Mateo: ‘No penséis que vine a meter paz sobre la tierra, no vine a meter paz, sino espada’”. Desde que recibió su título de bachiller, Blest dedicó su vida a la lucha social. Al comienzo fueron reuniones, seminarios, lecturas. Posteriormente fundó ADIP y en seguida la ANEF. Su actividad en este ámbito culminó en 1953 con la fundación de la CUT, organización poderosa y combativa que dirigió durante nueve años. Luego, su acción se radicaliza y participa en la formación del MFR y el MIR, a los que ayuda clandestinamente aunque discrepa de algunos de sus métodos. Después del Golpe organiza la Liga por la Paz y preside el Comité de Defensa de los Derechos Humanos. Los familiares de los detenidos desaparecidos, presos y ejecutados sesionan una vez por semana en su casa.
Un 1 de mayo es detenido y golpeado. No fue una sorpresa, veintiséis veces había sido encarcelado antes, solo que ahora tenía 78 años. Tiempo después –más viejo y deteriorado– marcha cinco kilómetros por un cerro del valle central hacia los hornos de Lonquén. Clotario Blest, precedido por una inmensa cruz de troncos y seguido por una muchedumbre que camina en silencio, fue una de las imágenes que llevaron a Mónica Echeverría a la convicción de que “ese hombrecito de aspecto frágil y humilde poseía la tenacidad y fuerza de un gigante” y que era imprescindible contar su historia.
Sangre de baguales. Epopeyas mapuches y obreras en tiempos del Complejo Maderero Panguipulli (Pedro Cardyn)
El Complejo Forestal y Maderero Panguipulli, en la zona cordillerana de Valdivia, fue una de las experiencias de poder popular más exitosas del sur de Chile. Entre 1970 y 1973, las tomas de veintiún fundos confluyeron en una sola gran unidad productiva de cuatrocientas mil hectáreas, cuyas tareas de administración, elaboración de planes de producción, control de calidad, comercialización, pagos y decisiones respecto de los excedentes, estuvieron en manos de los propios obreros, cuatro mil en total. Reivindicaban con ello el derecho a la autogestión. También el derecho a una vida digna, tras largas décadas de explotación patronal, y, en ese sentido, si entendemos estos sucesos en su justa dimensión, también reivindicaban el derecho a un lugar en la historia.
Memorias de un peón-gañán. 1892-1984 (Gabriel Salazar, editor)
La historia de Benito Salazar no deja de ser impresionante para el lector de nuestros días. Sin estudios y solo con las cuatro letras enseñadas por su madre en un silabario, este peón-gañán se arroja a escribir su vida, llevando una bitácora detallada de los días y sus desafíos, en los cuales sortea varios “peligros de muerte” y transita por diversos oficios. Como el hombre de familia que estaba destinado a ser, Benito nos transparenta, desde la mirada personal y con un lenguaje auténtico y sencillo, las experiencias sociales de principios del siglo pasado, tales como la migración campo-ciudad, la forja de un oficio y la configuración latifundista de la tierra, entre otros temas, construyendo a partir de la experiencia de lo cotidiano y desde la mirada de un hombre como muchos, un valioso registro de nuestra historia nacional.
Inquilinos en la hacienda de Su Excelencia (Tancredo Pinochet)
Este artículo periodístico, escrito el año 1916 bajo la forma de una carta abierta dirigida al entonces presidente de la República Juan Luis Sanfuentes, sorprende hoy por la claridad, libre de todo eufemismo, con que Tancredo Pinochet denuncia las condiciones de vida de los campesinos y sus familias en los campos chilenos. Una de las particularidades del texto reside en el hecho de que el periodista, en compañía de otras dos personas, se introduce -disfrazado de peón- en la hacienda del propio Sanfuentes para verificar in situ la explotación y la miseria a las que son sometidos los trabajadores rurales de nuestro país, demostrando con la contundencia del testimonio de lo visto por sus propios ojos, cómo el mismo gobernante, es decir, el primer funcionario público de la Nación, no se exime de dar un trato inhumano a sus propios inquilinos. Este es un relato que conmociona por la gravedad de los atropellos y abusos cometidos contra miles de hombres y mujeres considerados, por aquellos que detentan la riqueza y el poder, en una escala ligeramente superior a la de un animal, y es un llamado al Presidente a cambiar ese estado de cosas, partiendo por las evidentes situaciones de injusticia en sus propias tierras.
Labores propias de su sexo. Género, políticas y trabajo en Chile urbano 1900-1930 (Elizabeth Hutchison)
Existe un vacío en la historia política y social chilena: la participación de las mujeres en el trabajo asalariado y en los movimientos políticos a comienzos del siglo XX. Elizabeth Q. Hutchison expone y explica el surgimiento y la importancia del activismo feminista de las mujeres trabajadoras en las primeras décadas del siglo pasado en Chile. Da cuenta del auge y la caída de las sociedades de mujeres trabajadoras, el tratamiento de las mujeres obreras y su sexualidad, las respuestas de la elite hacia las asalariadas y el activismo político de las mismas.
La tierra para el que la trabaja. Género, sexualidad y movimientos campesinos en la Reforma Agraria chilena (Heidi Tinsman)
Este libro está dedicado a presentar argumentos sobre la Reforma Agraria y para saber por qué su memoria es importante. Se preocupa particularmente de temas de género y de los desiguales legados que la Reforma Agraria transmitió a hombres y a mujeres. Tanto los cambios asombrosos como los aleccionadores límites en los esfuerzos de las temporeras contemporáneas por mantener a sus familias y por negociar una mayor paridad con los hombres tienen sus raíces en la Reforma Agraria. Este libro honra y critica un proyecto utópico, algunos de cuyos objetivos están todavía en el proceso de alcanzarse.
Tejedores de la revolución. Los trabajadores de Yarur y la via chilena al socialismo (Peter Winn)
Tejedores de la revolución capta agudamente el espíritu del gobierno de Allende desde las experiencias y las voces de los trabajadores de la fábrica textil Yarur, que con su accionar iniciaron el camino de la vía chilena al socialismo. Yarur era la primera fábrica tomada por sus trabajadores después de la elección de Allende y también la primera industria textil moderna de algodón en Chile. Estas circunstancias motivaron a Peter Winn a investigar desde abajo, tal como lo indica el propio autor: "Después de todo, si ésta es una revolución proletaria, como clama la izquierda chilena, entonces estos trabajadores son los protagonistas principales". Además, Winn postula que "a través de la historia local de la fábrica Yarur se podría dilucidar gran parte de la historia moderna de Chile". Este libro da cuenta tanto de los orígenes de la industria y la relación entre capital, trabajo y el Estado, como de las formas de organización de los trabajadores y las tensiones surgidas entre estos y las nuevas autoridades políticas. Todo ello a partir del relato de los protagonistas, que revisan y analizan tanto sus acciones como los antecedentes de la constitución y crecimiento de parte de la industria nacional. Tejedores de la revolución es la historia de un grupo de trabajadores que soñaron con un Chile distinto, democrático, igualitario y participativo, sueños que terminaron abruptamente el 11 de septiembre de 1973, un acontecimiento que no solo cambió el curso de sus propias vidas sino que la de todo un país.