La literatura es también un acto de resistencia

La literatura es una luz en los tránsitos oscuros y contribuye a la claridad en los periodos resplandecientes. Así fue en tiempos del gobierno de la Unidad Popular, así nos alumbró durante la dictadura y así resiste hoy al pensamiento único que nos quieren imponer.

La narrativa, que hoy nos convoca en el ámbito de la memoria, testimonios, relatos, novelas, cuentos, biografías, sus personajes y sus situaciones, su ilimitada esfera de desarrollo y su infinita capacidad de acoger sentimientos y pensamientos, han sido, son y serán una fuente de inspiración para seguir “haciendo camino”, un oasis en las travesías de desiertos y una boya los días de tormenta. Ella nos trae el pasado, nos vincula en el presente y nos abre horizontes.  

Muchos eslabones componen esa cadena de la expresión cultural que significa el arte de narrar, entre ellos las editoriales, como LOM que hoy asume esa responsabilidad de memoria, como lo hicieron otras en otros periodos históricos, como Quimantú en tiempos de la Unidad Popular o Pehuén durante la dictadura.

Hasta la fecha, LOM ha publicado más de 350 títulos dedicados al tema de la memoria, entre los cuales aproximadamente 100 en el género de la narrativa. Entre ellos encontramos premios nacionales de literatura y autores consagrados, como Armando Uribe, Poli Délano, José Miguel Varas, Volodia Teitelboim, Elicura Chihuailaf, Hernán Valdés, Ramón Díaz Eterovic, entre otros. También LOM ha publicado a políticos emblemáticos que nos entregan su testimonio en esa área, como Jorge Arrate, Luis Corvalán, Mireya Baltra, Mario Palestro, y otros que fueron protagonistas en momentos cruciales de nuestra historia.

Son múltiples las formas y los aspectos de la memoria que han explorado diversos autores, que hoy LOM nos ayuda descubrir a través de sus distintas colecciones. En el área de la lucha clandestina contra la dictadura, por ejemplo, Carmen Castillo, con su libro Un día de octubre en Santiago, nos recuerda ese día fatal en que mataron a su compañero Miguel Enríquez, secretario general del MIR; también Patricio Rivas, en Chile un largo septiembre, nos narra una vertiente del MIR a través del relato autobiográfico de uno de sus dirigentes; en Autobiografía de un viejo comunista chileno, Humberto Arcos Vera nos describe la lucha clandestina del Partido Comunista de Chile luego de que dos direcciones clandestinas fueran masacradas por la DINA; Guerrilla en Neltume, del Comité Memoria de Neltume y La lista del Schindler chileno. Empresario, comunista, clandestino, de Manuel Salazar, entre otros, rescatan esa lucha del pueblo chileno contra la dictadura, como Será el paraíso, de Pavel Oyarzún Díaz, una novela de personajes insólitos que resisten vinculados a una larga historia de resistencia en Tierra del Fuego.

La prisión y sus tormentos es otro tema de la memoria y la resistencia que desarrolla, por ejemplo, Jorge Montealegre en su libro Frazadas del Estadio Nacional, en alusión al Estadio Nacional transformado en campo de concentración, también Ricardo Palma Salamanca en El Gran rescate. Desflorando al viento, donde nos cuenta la evasión en helicóptero de un grupo del Frente Patriótico Manuel Rodríguez de la Cárcel de Alta Seguridad, y Miguel Lawner con Retorno a Dawson y el testimonio de los prisioneros en la isla transformada en cárcel, o Michel Bonnefoy con Relato en el Frente Chileno en que rememora su experiencia en Villa Grimaldi y la Cárcel Pública de Santiago.

El exilo es otro territorio de exploración de varios autores en el ámbito de la memoria: Cobro revertido, de José Leandro Urbina, una novela que reproduce el complejo mundo del exilio chileno en Canadá; Mi exilio dorado, de Marcos Fajardo, una honesta reconstrucción de su experiencia en el exilio en Alemania; también Pasajeros en tránsito, de Rossana Dresdner, entre otros.

El período decisivo del gobierno de la Unidad Popular, entre 1970 y 1973, es también motivo de reconstrucción histórica a través de la narrativa: Víctor, un canto inconcluso, de Joan Jara; Volver al laberinto, de Jaime Casas, desarrolla la lucha campesina, como lo hace también Sangre de baguales. Epopeyas mapuches y obreras en tiempos del Complejo Maderero Panguipulli, de Pedro Cardyn Degen y Reforma Agraria y revuelta campesina, de José Bengoa, además de Memorias de la lucha campesina, de Julián Bastías Rebolledo, o De Carranco a Carrán. Las Tomas que cambiaron la historia, de José Bravo Aguilera. Y en esa misma esfera de reconstruir lo que fueron los años previos al golpe de Estado, la novela gráfica Tiempo de los humildes, de Désirée y Alain Frappier recrea la atmósfera de la época con sus ilustraciones y textos precisos.

Novelas como Antes del después, de Montserrat Martorell, o Gente en las sombras, de Jaime Collyer, nos recuerdan que la memoria es también el hoy, el presente