Aportes para una reflexión ciudadana en el momento constituyente

Por Marcel Garces 

Estamos en modo Convención Constituyente. Y en el ambiente se hace realidad la hermosa consigna que dio impulso de masas al proceso político en marcha, escrita miles de veces en los muros del 18 de octubre de 2019, y en las conciencias y voluntades de quienes se rebelaron contra la normalidad represiva injusta de la economía de mercado, y sacaron a la calle su rechazo al sistema, la gritaron a todo pulmón, a flor de piel:“¡CON TODO, SINO PA´ QUÉ!”.

Es la expresión colectiva que canalizó el descontento, que sintetizó un estado de ánimo de lucha así como una conciencia del momento histórico que pugnaba por restablecer en el escenario el protagonismo popular, recuperar los derechos y la voluntad de cambio, que maduraba en la conciencia, marcando un antes y un después en la historia contemporánea de Chile.

Es una nueva situación política para Chile, donde la agenda contempla, como señala el libro “Desafíos para nuestro momento constituyente”, que coordinó la poeta, activista feminista egresada de Derecho de la Universidad de Chile, especialista en Derecho Constitucional, Sofía Esther Brito, para LOM Ediciones, un objetivo histórico y patriótico nacional, la perspectiva de una mejor, más amplia y participativa democracia y el desarrollo de un proceso colectivo de carácter efectivamente fundacional.

La obra, un nuevo aporte de la colección “18 de Octubre”, de LOM, a cargo de Silvia Aguilera y que contó con la participación de 17 autores, “reúne diversas voces de los movimientos sociales, la militancia, el activismo y la academia ( es decir la reflexión y la praxis social) para compartir y democratizar las reflexiones desde la especificidad de los diferentes movimientos sociales y momentos políticos que han marcado la pauta desde antes del estallido de octubre (2019) y que hoy son parte fundamental de este movimiento constituyente”, subraya el texto, aportando puntos de vista, antecedentes históricos y sueños de futuro, en una estrategia que, sintetiza el epílogo , de Sofía Esther Brito y Daniel Faurér Polloni, utilizando la imagen poetica de “cambiar el cauce de los ríos” de la poeta mapuche Daniela Catrileo, llama a “proyectar nuestro desborde popular después del triunfo del Apruebo”.

La victoria del 25 de octubre de 2020, día del “Plebiscito de Entrada” ( fecha señera del proceso) “debe leerse como parte de una serie de disputas que tendremos que dar con miras a reconstituir(nos) como pueblos que habitan este territorio. Sabemos que esta disputa es mucho más amplia y diversa, más allá de los márgenes del derecho y sus instituciones, y que el devenir de una Asamblea Constituyente será posible solo con nuestra fuerza movilizada. Así podremos por fin construir una nueva Constitución que sea un “desde” el cual partir, la urdimbre que una los puntos para retejer nuestras vidas”, nos dice en su prologo Sofía Brito.

Claro que la historia no comienza el 18 de octubre de 2019, con su rostro multitudinario en las calles, ocupando y expresándose “en las anchas alamedas” de las que hablara Salvador Allende, en su momento estelar y profético. Ni siquiera el 25 de octubre del 2020, con su contundente 78.28 por ciento de votos “APRUEBO”, marcando un nuevo inicio para un proceso democrático inapelable.

Pero las fechas quedarán impresas no solo en la crónica periodística y el registro histórico, sino en la escena viva de un pueblo en marcha, en la perspectiva de una ruta abierta, hacia la esperanza y los sueños, pero también de los desafíos, y de un batallar permanente, cotidiano, frente a los enemigos de la democracia y los derechos ciudadano.

Son días cruciales en que la calle se toma el protagonismo masivo, les guste o nó a quienes, a regañadientes, debieron aceptar algo que les repugnaba y les sigue incomodando, y quisieran eludir o negar.

Son dos momentos de derrota contundente no solo para el presidente Sebastián Piñera, obligándolo primero a cambiar su agenda original de gobierno y a verse forzado a asumir, por lo menos verbalmente y luego como se constata en la realidad, intentar frustrar, falsificar, para terminar tratando de adueñarse de las banderas populares.

Pero lo cierto en que ambas fechas se abren las compuertas para que se haga presente la voz de la calle, del pueblo, de la rebelión de las nuevas generaciones, y se exprese un clamor multitudinario, acallado durante años por el terrorismo de Estado, y los grandes capitales y poderes, y , tras la dictadura, por una clase política acorralada, atemorizada, comprometida en una transición pactada, subordinada social e ideológicamente a un poder económico y político, que parapetado tras un poder militar y de los grupos económicos, y una Constitución ultraconservadora impuesta por las armas, dejó de lado los principios democráticos que estuvieron presentes en la resistencia contra la dictadura y por los cuales pagaron con la muerte, la tortura, el exilio, la persecución y en la lucha contra la tiranía, miles de chilenos demócratas.
Ahora se viene otra batalla no menos trascendente, el 11 de abril, las elecciones de los Constituyentes, en que una vez más la confrontación será entre el Apruebo y el Rechazo, y cuyo resultado determinara el futuro constitucional de Chile, entre el pinochetismo, la derecha económica y política, y el progresismo, los demócratas, las fuerzas del cambio.

Esta tercera batalla política será crucial para el contenido, la redacción de la nueva Carta Magna, y pondrá en tensión todas las fuerzas políticas, sociales, económicas del país y marcará el futuro institucional por décadas.

Será sin duda una lucha encarnizada entre la renovación, el futuro, y el pasado. entre los sueños de futuro y la frustración de las esperanzas que buscará imponer la Derecha económica y politica, y otras fuerzas representantes del pasado.

Por eso este libro, oportuno, aleccionador, pedagógico e inspirador, viene a ocupar un espacio necesario, en el escenario de las luchas presentes y futuras de este camino de “desafíos para nuestro momento constituyente”. que seguirá completando nuevos pasos en una ruta no exenta de complejidades, quizás dificultades, y con toda seguridad, de conspiraciones de quienes no se van a retirar del escenario, sin lucha en defensa de sus mezquinos intereses.

El libro pone en discusión temas, aristas, objetivos, que han madurado en la agenda política y social del país.

Pero, advierte, que “con todo nos enfrentamos a un problema histórico no menor: que la victoria aplastante del “Apruebo” y la “la Convención Constitucional abrirá un nuevo escenario político donde el desborde político popular que comenzó el 18 de octubre del 2019 debe enfrentar un escenario donde fuerzas políticas buscarán encauzarlo en una nueva transición sin pueblo”.

La obra no es neutral frente a este escenario complejo y a esa perspectiva de confrontación:

En esa línea, afirma, “las páginas que siguen intentan ser un material de discusión útil para dialogar sobre los desafíos que se abren a nuestro desborde, con miras a seguir rompiendo las barreras que se nos han impuesto desde el proceso constitucional, que aún mantiene una serie de límites para la participación social y popular.

“Necesitamos (re)pensar las posibilidades de superación de dichos cauces para ajustarse a las expectativas, y dar cuenta de las necesidades de transformación que plantea y requiere la clase popular.

Objetivamente el libro toma una posición en su análisis, y sobre todo, en la estrategia que estima posible, o deseable, en el devenir político social, participando activamente en el análisis teórico y práctico, el intercambio y la polémica, con otros pensamientos y experiencias históricas, ideológicas y políticas que configuran el escenario nacional

“Con el convencimiento que solo la (re)creación constante de dicho desborde puede lograr esos objetivos, buscamos que este escrito sea una llave, no de esas que permiten abrir o cerrar puertas, sino de aquellas que dan comienzo a las partituras de los cantos del pueblo que nos acompañarán a los meses que siguen. Para que la esperanza de nuestro triunfo no termine agotada en la desazón de una nueva generación traicionada por la política, y así juntes (así dice el texto, en referencia seguramente a “juntos, juntas y juntes”) construyamos un inédito escenario de disputa por la conducción, ampliación y/o superación del proceso constitucional”.

Sin duda esta es una coyuntura histórica, donde se buscan y esperan definiciones que marcarán el devenir del país, de sus fuerzas sociales y políticas, y donde la reflexión, la discusión sobre el país que imaginamos, deben movilizar lo mejor del pensamiento democrático y progresista acumulado en años de luchas sociales, democráticas y también de confrontaciones, luchas fratricidas, violaciones de los Derechos Humanos y genocidios, debe convertirse en una tarea ciudadana y liderazgos, cotidiana.

De lo que se trata en la Convención Nacional en la batalla por los contenidos, donde la esencia democrática participativa debe imponer su impronta en el texto constitucional y reflejar la voluntad popular expresada en las urnas, y en la calle.

Guste o no guste a estos adalides democráticos, surgidos de la Derecha sediciosa, golpista, violentista y criminal que usurpó el poder en 11 de septiembre de 1973, la voluntad popular, ciudadana, expresada democráticamente ha marcado los objetivos del proceso democrática.

Y esa determinación mayoritaria tiene el derecho a expresarse y defender sus derechos. Así es de crucial el proceso. Y así también es la responsabilidad que asumirán los Constituyentes, los ciudadanos, los partidos, el Gobierno y el Legislativo. Debe hacerse escuchar la frase: “Nosotros el pueblo”.

Por cierto aquí nadie sobra o tiene la verdad revelada. y todas las propuestas y anhelos, tienen tribuna, y pueden aportar a una plataforma, a la elaboración de un pensamiento común, donde participen los movimientos sociales emergentes, los nuevos protagonistas y liderazgos, los partidos y movimientos históricos, sintetizando, resumiendo tradiciones y experiencias, para la elaboración de una estrategia que lleve al triunfo de un Chile popular y democrático, que ha tomando la ofensiva y el protagonismo del cambio, v el logro de una Nueva Constitución.

Y como recoge el libro “Hablan los muros”, también de la colección “18 de Octubre” de LOM, de Raúl Molina Otárola, hoy, como mañana, como ayer, de lo que se trata es ¡” Hasta que la dignidad se haga costumbre”, Molina Otárola, que compiló los escritos de ese diario colectivo de los muros de todo Chile, que hablaron para romper el boicot oficial y el ocultamiento de la protesta nos recuerda sus contenidos y las advertencias: ”Si soltamos las calles, ellos habrán ganado”, donde también se advertía: “Nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio”, en tanto otro de los autores anónimos de ese diario colectivo, escribió, “La calle no se abandona, hasta que valga la pena vivir”, y otro se dirige a los transeúntes: “ Disculpe las molestias, estamos cambiando Chile para Usted”.

De eso es lo que se trata, también en estos tiempos en que vivimos en el “modo constituyente” y en el que resulta indispensable fortalecer las filas, unir las voluntades y poner en el horizonte inmediato los objetivos estratégicos decisivos.